lunes, 25 de agosto de 2014

Encasillamientos

A la mayoría de la gente le importa la procedencia de los demás, su pasado. Para mi lo realmente importante es su presente, lo que son, no lo que han sido.

Hablo de las personas que me importan, lógicamente, pues no me dedico a fiscalizar la vida de nadie que no me pertenezca (o no sea de mi círculo), es decir, sólo me ocupo de aquéllos que merecen mi atención.

Los cotilleos son muy habituales y simplistas y se tiende a olvidar que todos, absolutamente todos, hemos cometido errores.

Discrepo de los encasillamientos generales. Por ejemplo, se da demasiada importancia a la estirpe, el linaje, la alcurnia, como si el simple hecho de haber sido engendrado por alguien con título nobiliario, o por el famoso de turno, garantizara que cierta persona es maravillosa. Y puede que lo sea, pero conozco a gente con ascendencia de renombre que son unos completos idiotas. Del mismo modo que conozco gente de orígenes humildes que cuentan con mi total admiración.

Tus errores forman parte de ti, pero no te definen, lo que de verdad cuenta es cómo has crecido con ellos, lo que has aprendido de ellos y, ante todo, lo que eres.

Puedes ser un ex-convicto, el propietario de una gran empresa exitosa o un padre intachable. Lo que realmente importa es si eres un buen sumiso, un buen amigo o una buena persona.

Y, si lo que eres es un pequeño cabroncete, siempre puedes contactarme para un divertido blackmail, jajaja.

1 comentario:

  1. Para mi, la nobleza se demuestra en las obras. Nada tiene que ver con la sangre azul. Supongo que será por mi pensamiento republicano, pero siempre he admirado a la gente de extracción humilde que ha logrado grandes cosas o avances para la humanidad, únicamente con su ingenio. Por eso escogí mi profesión. La gente que ha nacido en la riqueza tiende a ser indolente y despreocupada, simplemente no valoran la suerte que tienen.

    ResponderEliminar